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IA y geopolítica: Europa ante el reto de no quedarse en el vagón de cola



El catedrático Francisco Herrera traza una panorámica del poder global en torno a la inteligencia artificial y llama a construir una soberanía tecnológica europea frente al dominio de China y Estados Unidos.


En una de las intervenciones más estratégicas y lúcidas del AMETIC AI Summit 2025, Francisco Herrera, catedrático de la Universidad de Granada y director del Instituto Andaluz Interuniversitario de Ciencia de Datos, abordó el papel dela inteligencia artificial en la configuración del nuevo orden geopolítico. Un viaje desde los chips hasta los centros de decisión global, con una conclusión clara: Europa necesita actuar con rapidez y ambición si no quiere limitarse a ser un importador de tecnología.


Dos potencias, una carrera sin tregua


Herrera abrió su intervención recordando una verdad incómoda: la actual carrera de la IA tiene dos protagonistas claros —Estados Unidos y China—, que concentran la mayoría de los modelos, inversiones y desarrollos disruptivos. Mientras empresas como OpenAI, Google o Amazon lideran el ecosistema estadounidense, China ha desplegado su propia estrategia con modelos como Wu Dao o DeepSeek, respaldados por una fuerte política industrial.


Ambos bloques están invirtiendo cientos de miles de millones en IA generativa, chips y centros de datos. Europa, en cambio, se queda muy atrás, tanto en financiación como en modelos nativos. Tenemos buena ciencia, pero no la estamos transformando en tecnología propia, advirtió Herrera.


Europa: de reguladora a productora

 

La apuesta europea, de momento, se ha centrado en ser pionera en regulación. El AI Act es ya una realidad, y marca una ruta clara: riesgos altos, supervisión humana obligatoria. Para Herrera, este marco es positivo, pero no puede ser la única respuesta: no basta con regular, hay que producir.


Francisco Herrera, catedrático de la Universidad de Granada
Francisco Herrera, catedrático de la Universidad de Granada

Destacó el anuncio reciente de una inversión europea de 200.000 millones de euros en IA, aunque consideró que es insuficiente frente a los recursos que manejan las dos grandes potencias. Además, alertó de la atomización de esfuerzos entre países europeos que desarrollan sus propios modelos, lo que debilita la cohesión tecnológica del continente.


España: en el mapa, pero muy por detrás

 

Aterrizando en España, Herrera reconoció avances como el modelo ALIA, impulsado por el Barcelona Supercomputing Center, y empresas emergentes como Multiverse Computing, con innovaciones prometedoras en compresión demodelos. Sin embargo, el diagnóstico es claro: la IA todavía no ha permeado el tejido empresarial, especialmente en las pymes. “Menos del 10% tiene un plan real de adopción de IA”, apuntó.


Llamó a construir un ecosistema español sólido que conecte universidades, centros tecnológicos, grandes empresas y startups, con especial foco en llevar la IA a las pymes como palanca de competitividad.


Cointeligencia y el profesional centauro

 

Más allá de la geopolítica, Herrera propuso un enfoque que trasciende la automatización: la cooperación entre humanos e IA. Inspirándose en el libro Co-Intelligence, de Ethan Mollick, habló del “profesional centauro” y el “cyborg creativo”, perfiles que combinan intuición humana y capacidades algorítmicas. No se trata de reemplazar, sino deaumentar nuestras habilidades.


Conclusión: la IA no puede ser nuestro nuevo petróleo

 

Herrera cerró su keynote con una advertencia poderosa: si Europa no desarrolla su propia tecnología, la IA se convertirá en su nuevo petróleo, una dependencia crítica en manos ajenas. La oportunidad está en marcha, peroexige decisiones valientes y coordinación real. Estamos en el inicio de una nueva era. No podemos limitarnos a observarla.

 
 
 

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